jueves, 16 de abril de 2009

Minoridad asesina, padres sin autoridad

De acuerdo al código civil argentino, los padres son responsables por las acciones de sus hijos menores de edad.
En consecuencia, los padres de un menor asesino o ladrón, deberían responder por los daños causados por ese hijo delincuente. Son los padres los responsables de la educación de sus hijos y de la inserción en la sociedad.
Ayer, 15 de abril, en Valentin Alsina, hubo un caso más de gatillo fácil por parte de un menor asesino.
Hace pocos tiempo, se hablaba del gatillo fácil de parte de la policía y se hicieron largas marchas y se pintaron paredes y calles con consignas anti-policía.
Se juzgaron y se encarcelaron a muchos miembros uniformados pro los delitos cometidos y las madres de Plaza de Mayo se enorgullecian de poder mostrar los resultados alcanzados.
El gobierno enarboló la bandera ideológica de los Derechos Humanos, pero lamentablemente solamente son considerados los derechos ideológicos y no los derechos humanos integrales de toda persona que trabaja, estudia y contibuye positivamente al crecimiento del país.
Los menores asesinos, son de gatillo fácil y nadie del gobierno y ninguna de las madres mencionadas ha salido a decir la mínima palabra de apoyo a la familia de las víctimas civiles, no ideologizadas. Parecería que estas víctimas, no tienen la calidad ni la altura para ser consideradas protegidas por los Derechos Humanos.
En el caso de Valetín Alsina, el pueblo se la agarró con el Fiscal que intervino en el hecho y casi fue linchado. La policía apenas si podía contener a los vecinos exaltados y tambien sufrió golpes, insultos y atropellos. Sin embargo no hubo reacción alguna de ninguno de los uniformados y se dejaron pegar, escupir y avasallar.
¿Puede esta policía actuar para defender a la población, si no puede siquiera echar mano a un garrote para defenderse?
¿Puede la autoridad competente, actuar en defensa de los civiles asaltados, violados, robados, asesinados, si no puede parar a nadie en la vía pública para preguntarle que hace?
La diferencia de clases, impuesta por este gobierno como argumento para justificar medidas económicas, que la generalidad del pueblo no entiene, es la que poco a poco socavará el camino del crecimiento.
La tan remanida inclusión social, no es más que una utopía.
La distribución de la riqueza, no es más que una ilusión. ¿Como es posible distribuir riqueza, si el gobierno atenta contra la creación de la misma?
La crisis mundial nos permitiría ahora posicionarnos económicamente para afrontar el latigazo que nos llegará irremediablemente.
Sin embargo el gobierno continúa empecinado en su lucha contra la gente de campo, mientras hace todo lo imposible para lograr poner sus pies en las empresas heredadas por el efecto de la estatización de los fondos de las AFJP.
Esta idea macabra, solamente logrará que las grandes empresas nacionales emigren a otro país donde no vean peligrar su integridad y las fuentes de trabajo.
Por lo tanto la inseguridad logrará ser controlada si el gobierno deja de pensar permanentemente en los resultados electorales futuros y se dedica a administrar, porque después de todo fue elegido para eso.

jueves, 9 de abril de 2009

Nuestra inseguridad de cada día

El intendente de San Isidro, quiso levantar un muro para proteger a una parte de las gente que vive en su distrito.
Ese muro solamente sirvió para poner de relieve la división de clases y la falta de instrucción de muchos de los que bajo los efectos de otros que nunca dan la cara, lo tiraron abajo .
Lo penoso es que muchos de los que se encargaron de derribarlo, son chicos, son menores de edad.
¿Que le espera a la sociedad argentina, si los menores que debieran crecer con el ejemplo de sus mayores son incitados a la destrucción?
El muro fue una decisión equivocada. ¿Pero que puede hacer un Intendente con la falta de seguridad en su partido?
Uno de los supuestamente perjudicados por el muro, la emprendió contra el Intendente Posse a quien le advirtió que no lo fuera a buscar en remis, para votar en las próximas elecciones.
Una práctica común en nuestro país. Pero que muestra la poca cultura cívica de quienes demandan por sus derechos.
La inseguridad se combate con la ley y la prevención.
La prevención debe ser activa y no pasiva. Se le debe permitir a la policía a pedir identificación a a aquellos que actuan de manera confusa, el llamado merodeador.
Hoy la policía tiene las manos atadas. El delincuente le falta el respeto y no le teme, por lo tanto lejos estamos de poder poner algo de seguridad en las relaciones humanas cotidianas.
La ley debe ser modificada, especialmente en el Código de Procedimiento Penal. Demaciadas chicanas legales y muy poco apego de los jueces en evitarlas y ponerlas en evidencia como un elemento distorsivo de la verdad jurídica.