jueves, 8 de julio de 2010

Juicio Político o Aguantadero legal

El Juicio Político, instaurado para poder llevar ante la justicia a todos aquellos que tienen inmunidad política por su cargo, caso de los jueces, diputados, senadores, dirigentes sindicales, etc. es en muchos casos nada más y nada menos que un aguantadero legal.
En especial los jueces son los más expuestos a este tipo de juicios.
En muchos casos este instituto es utilizado por quienes pretenden amedrentar al juez que fallará presumiblemente en contra de sus intereses y eso hace que esta herramienta jurídica se desnaturalice en su esencia.
Recordemos que el juicio político se produce cuando, a quien lo ostenta, se lo quiere llevar a la justicia ordinaria para juzgarlo por algún delito cometido, pero antes se deben quitar los fueros que lo protegen.
Hasta el momento, en los pocos casos que llevaron a cabo y culminaron con la destitución del procesado, nunca fue llevado ante la justicia ordinaria. Parece ser que los delitos cometidos y que justificaban su destitución desaparecieron en cuanto el enjuiciado fue destituido. ¿Espíritu de cuerpo?
Sin embargo son muchos los jueces que están con la espada de Damocles pendiendo en sus cabezas, pero son pocos los que son procesados por el Consejo de la Magistratura.
Recordemos el caso de Oyarbide el sobreseedor precoz del caso Kirchner y su fortuna. Este señor...señor/ita (ojo con el inadi), fue llevado varias veces al CM, pero allí los secuaces del gobierno K, en especial la diputada Diana Conti la que lejos de inhibirse, porque es la esposa de quien está siendo juzgado por Oyarbide en una causa por medicamentos truchos, vota a favor de éste último.
Ya Oyarbide fue salvado por su participación "pasiva" en un burdel de gays, que el amigo Garbellano regenteaba en Recoleta, aún filmado y todo, logró sacar una licencia por enfermedad que lo mantuvo inactivo durante más de un año.
Entonces hoy más que nunca se justifica la modificación del Consejo de Magistratura para que los jueces corruptos o desconocedores de la ley o con criterios de mente demasiado abierta, dejen libres a violadores que después vuelven a cometer el mismo delito y además matan, caso de la chica Soledad Bragna.